Las
estereotipias
Son conductas repetitivas, que siempre tienen la misma
secuencia y sin embargo no poseen ninguna función. Es decir, el perro
desarrolla el mismo comportamiento una y otra vez sin que éste vaya encaminado
a conseguir algún fin concreto (Pozuelos y Alvarez, 2007)
Fraser y Broom (1990), las denominan “una secuencia de
movimientos repetida y relativamente invariable, que se realiza sin ningún
propósito aparente” (Mateos, 1994).
Hewson y Luescher (1996) las denominan “conductas que
normalmente conllevan a un conflicto, pero que se muestran consecuentemente
fuera del contexto original. Las conductas pueden compartir una fisiopatología
similar (por ejemplo, cambios de la serotonina, dopamina y sistemas
betaendorfinos). Las conductas
compulsivas parecen anormales porque se manifiestan fuera de contexto y
a menudo son repetitivas, exageradas y sostenidas” (Luescher, 2.002).
A veces se usa para describirlas un término de Psicología
Clínica Humana, trastorno obsesivo compulsivo, pero no hacen referencia
exactamente a las mismas manifestaciones, ya que en las personas que sufren
este desorden aparecen también pensamientos obsesivos, cosa que no podemos
afirmar ni demostrar, por ahora, en los perros (Pozuelos, Álvarez, 2.007).
En los animales en libertad no observamos este tipo de conducta, de nuevo
la domesticación y, sobre todo, el confinamiento, dan lugar a una conducta
anormal, ya que la vemos en nuestros animales domésticos y en animales de
granja, de zoológico y de perreras, criaderos y hogares de recogida (Pozuelos y
Alvarez, 2007)
Según la definición dada por Broadhurst (1960) y Fox (1968) una
conducta anormal es “una acción persistente y no deseable, que aparece en una
minoría de la población, que no es provocada por algún daño obvio del sistema
nervioso y que se generaliza mas allá de la situación que originalmente la
provocó” (Mateos, 1994).
No se ha comprobado que exista predisposición de sexo y edad para desarrollar estas conductas (Pozuelos y
Alvarez, 2007)
Las conductas más frecuentemente observadas son las siguientes:
1. Morderse
el rabo: dan vueltas sobre sí mismos y a veces se causan lesiones -más o menos
graves (Manteca, 2.003)- por mordedura (Pozuelos y Alvarez, 2007)
2. Dermatitis
acral por lamido: se trata de lamerse compulsivamente sobre todo las
extremidades (carpos) y los flancos -incluso mordiéndoselos (Manteca, 2.003)-,
siempre sobre el mismo punto y sin parar llegando a producirse heridas y
ulceraciones. Aquí habría que descartar primero otros tipos de dermatitis que
puedan causar esas lesiones realizando un protocolo dermatológico completo (Pozuelos y
Alvarez, 2007)
3. Cazar
moscas o cazar bichos: miran fijamente a un punto e intentan morder algo en el
aire (Pozuelos y Alvarez, 2007). En ocasiones, algunos animales desarrollan una
conducta consistente en perseguir sombras
o luces de manera muy repetitiva
(Manteca, 2.003), como por ejemplo, los
reflejos del sol en el reloj o en las gafas de sol.
4. Síndrome
del perro enjaulado: caminar de un lado a otro de la jaula, siempre igual,
acompañado o no de ladrido. Este ladrido no es en respuesta a un estímulo, y la
cadencia es siempre la misma (Pozuelos y
Alvarez, 2007). Los perros alojados en este tipo de instalaciones
[………se refiere a perreras] durante largos periodos presentan varios comportamientos anormales,
repetitivos o “estereotípicos”, como andar en círculos, andar de un lado a
otro, saltar las vallas o ladrar- (Fox,
1965; Hite et al., 1.977; Hubrecht, 1993; Hubrecht et al., 1992; Hughes et al.,
1989; Sales et al., 1997)- (Fine, 2003).
5. Agresión
autodirigida: gruñidos o ataques dirigidos a sí mismos, hacia alguna parte de
su cuerpo (patas o rabo), o hacia objetos inanimados, como su plato de comida.
Guy Luescher (2002) describe las siguientes
conductas:
1. Locomotriz: dar vueltas; cazar la cola; pacing; abalanzarse; cazar
reflejos de luz; congelación.
2. Oral: morderse patas o pies; autolamerse (granuloma de lamida,
dermatitis psicógena); lamer el aire o la nariz; mamar el costado; arañar; morder o lamer objetos; polifagia;
polidipsia; pica; intentar morder mosca.
3. Agresión: agresión autodirigida (por ejemplo, gruñir a la parte
trasera, atacar a las piernas o parte trasera, atacar la cola); atacar un bol
de comida; atacar otros objetos inanimados; ¿agresión hacia personas
impredecible?
4. Vocalización: ladrido rítmico; llorar.
5. Alucinación: mirar fijamente a las sombras; asombrado.
En algunos estudios realizados se ha observado una predisposición
racial a ciertas conductas. Tenemos en la conducta de perseguirse la cola al
Pastor Alemán y al Bull Terrier; en la dermatitis acral por lamido en las razas
de Labrador, Doberman, Akita, Maltés, Dálmata, Setter Inglés, Shar-Pei,
Schnauzer Mediano y Weimaraner, entre otras (Manteca, 2009)
Dos causas de estrés que no son elementos estresores por sí solos, deben
ser tenidas en cuenta porque hacen parte de la cotidianidad tanto en el
entrenamiento como en la parte operativa, son la frustración y la ansiedad por
separación:
La
frustración se refiere a la situación en la cual un animal está motivado para
realizar una conducta, pero se le previene de hacerlo (Luescher, 2.002).
El
comportamiento normal de un perro en una ambiente determinado es exploratorio.
Si nosotros privamos a ese perro de los estímulos necesarios para que
desarrolle esa conducta, para la cual el animal está muy motivado, por ejemplo
si está siempre encerrado sin contacto con personas y ambientes exteriores,
puede realizar conductas alternativas que den salida a esa motivación -mas sin
esta motivación es muy alta (Manteca, 2009)-. Veríamos al perro morderse la cola, dar paseos
una y otra vez, lamerse las extremidades, etc. (Pozuelos y Alvarez, 2007)
Como
dice Dawkins, en la Naturaleza las situaciones de conflicto y frustración son
muy frecuentes, pero no lo es que se
prolonguen durante semanas, meses o años, con lo que los mecanismos adaptativos
se rompen dando lugar a situaciones patológicas, incluso la muerte (Mateos,
1994).
En
cualquier caso el mantenimiento de los estereotipos más allá de un tiempo
razonable lleva no solamente a la aparición de diferentes cuadros clínicos,
sino también aún desgaste energético excesivo, y a la fijación de estos
comportamientos, al agotamiento del animal (Mateos, 1994).
La dermatitis acral por lamido es una de las
manifestaciones de la ansiedad sufrida por el animal al separarse de su dueño ( (Pozuelos y Alvarez, 2007)
Además de las causas anteriormente
mencionadas en las que el
animal no puede prever ni controlar su entorno, cabe la posibilidad de que las
estereotipias se conviertan en conductas reforzadas involuntariamente por los
propietarios. Esto ocurre cuando estos prestan atención al perro solo cuando
muestra la conducta, aunque sea precisamente con el objetivo de interrumpirla (Manteca, 2009). La manifestación de la conducta
sólo en presencia del propietario, es sugerente de una conducta condicionada (Luescher, 2.002).
Finalmente se cita también el
aburrimiento como causa de las estereotipias (Pozuelos y Alvarez, 2007)
Tratamiento
El
tratamiento consiste en: cambiar el entorno del animal y las interacciones
sociales para proporcionar más coherencia; modificación de la conducta; y, en
muchos casos, intervención farmacológica (Luescher,
2.002).
Su
tratamiento es importante por varias razones: porque algunos perros pueden
llegar a causarse verdaderas heridas -dan lugar a problemas de automutilación (Manteca, 2009)- (Pozuelos y Alvarez, 2007); interfieren en la
actividad normal del perro y pueden llegar a ser muy molestas para el
propietario (Manteca, 2009); y porque normalmente obedecen a un estado de ansiedad o frustración del
animal, que libera su energía de esa forma, y que por lo tanto indicaría que su
bienestar se encuentra comprometido (Pozuelos y
Alvarez, 2007), amén de que estas conductas son muy
autorreforzantes para el animal, ya que actúan como una “válvula de escape” a
la situación de estrés, conflicto o frustración, en las estereotipias sin causa
orgánica claro.
Para minimizar la ocurrencia o efectos de las
estereotipias, teniendo en cuenta que por su duración desde su aparición, son
fijadas y muy poco probable eliminarlas por completo, se debe atender a
diferentes estrategias, entre las que sobresalen:
En cuanto a la modificación del ambiente depende mucho de cada caso en
concreto y de la causa que tenga. Muchas veces cambiar al animal de ambiente,
trasladándolo a otro sitio, puede tener efectos muy buenos. Sobre todo es
importante explicarle al dueño que no preste atención al perro cuando
desarrolla la conducta, para no reforzarla involuntariamente (Pozuelos y
Alvarez, 2007).
La terapia conductual sería la siguiente:
- Eliminación del castigo en la vida diaria del animal (Pozuelos y
Alvarez, 2007).
- Instaurar una rutina de interacción con el perro (Pozuelos y
Alvarez, 2007). Serían muy importantes el juego y las
interacciones sociales.
- Estimulación
física.
Es muy importante la
estimulación física de animal mediante la realización de paseos, ya que esto
hará que le baje el estrés. Hay que tener presente que el ejercicio
físico aumenta los niveles de serotonina en sangre y relaja al animal, a la vez
que le permite desarrollar su conducta exploratoria, lo que los equilibra
física y mentalmente, además de que puede prevenir otros problemas de
comportamiento.
- Estimulación
mental.
Se debe proporcionarle juguetes
interactivos cuando el perro este solo. Los juguetes interactivos son muy eficaces para que
el animal esté entretenido, por ejemplo los kongs u otros específicos para este
fin. Estos serán rellenados de alimento muy apetitoso para él, de manera que el perro pueda ocupar su tiempo
intentando alcanzar el contenido de estos juguetes (también se le puede dar un
hueso crudo de rotula de vaca ya que esto tiene calcio, etc., la cuestión es
que esté entretenido). Los juguetes interactivos van muy bien también para
perros con síntomas de dermatitis acral por lamido o automutilación, ya que
mientras están comiendo o chupando el Kong no pueden al mismo tiempo autolesionarse o lamerse, realizando de esta manera una respuesta
incompatible.
El visitar lugares nuevos
durante los paseos también puede ser muy estimulante para el perro, ya que el
perro encontrará nuevos olores, nuevos perros y
nuevas personas.
- Adiestramiento en obediencia (Pozuelos y Alvarez, 2007), para poder tener un
control sobre el perro. Hay que evitar
el adiestramiento clásico basado en el ensayo y error, es decir, la NO
utilización de técnicas aversivas o coercitivas para que no aumente el estrés.
Hay que tener presente que un perro estresado pierde en el aprendizaje por
falta de concentración. Dicho
adiestramiento hay que realizarlo con refuerzo positivo ya que el mismo se
utiliza para incorporar una conducta nueva, aumentar una existente o eliminar
una conducta inapropiada incompatible.
Hay que decir que el tratamiento no siempre es exitoso, depende también
del tiempo que lleve manifestándose el problema, y muchas veces hay que actuar
por ensayo y error hasta que demos con el tratamiento adecuado. Es importante,
en este momento, implicar al dueño para evitar que abandone la terapia por
aburrimiento (Pozuelos y
Alvarez, 2007).
"Si la gente entendiera lo que significa un minuto en la vida de un perro, compartiría más con él y con los seres que ama"