jueves, 12 de febrero de 2015

¿Sabes cómo entrenan a tu mejor amigo?


"La enseñanza con amor queda grabada en la memoria del corazón" Yineth Sánchez


Desafortunadamente existen  este tipo de entrenamientos para caninos y diferentes especies animales. En nuestro caso, una buena escuela K9 debe permitir que el dueño o responsable del canino pueda presenciar sesiones de entrenamiento, alojamiento y todos los principios y criterios de bienestar animal. Es preferible que el canino conviva en un ambiente similar al de sus dueños, razón por la cual un buen entrenador debe realizar una entrevista a las personas que vivan en la casa o sitio donde éste habite antes de ingresarlo a un programa de entrenamiento con el fin de orientar un buen plan de trabajo y si el entrenamiento se da en el seno del hogar del entrenador, será mucho mejor.


Los mejores entrenadores son los propios dueños y responsables de los caninos…Dejar el canino en un centro de entrenamiento es un último recurso que debe contar con la elección correcta del lugar y con supervisión permanente.
 

domingo, 8 de febrero de 2015

APUNTES SOBRE LAS ESTEREOTIPIAS



Las estereotipias

Son conductas repetitivas, que siempre tienen la misma secuencia y sin embargo no poseen ninguna función. Es decir, el perro desarrolla el mismo comportamiento una y otra vez sin que éste vaya encaminado a conseguir algún fin concreto (Pozuelos y Alvarez, 2007)

Fraser y Broom (1990), las denominan “una secuencia de movimientos repetida y relativamente invariable, que se realiza sin ningún propósito aparente” (Mateos, 1994).

Hewson y Luescher (1996) las denominan “conductas que normalmente conllevan a un conflicto, pero que se muestran consecuentemente fuera del contexto original. Las conductas pueden compartir una fisiopatología similar (por ejemplo, cambios de la serotonina, dopamina y sistemas betaendorfinos). Las conductas  compulsivas parecen anormales porque se manifiestan fuera de contexto y a menudo son repetitivas, exageradas y sostenidas” (Luescher, 2.002).

A veces se usa para describirlas un término de Psicología Clínica Humana, trastorno obsesivo compulsivo, pero no hacen referencia exactamente a las mismas manifestaciones, ya que en las personas que sufren este desorden aparecen también pensamientos obsesivos, cosa que no podemos afirmar ni demostrar, por ahora, en los perros (Pozuelos, Álvarez, 2.007).

En los animales en libertad no observamos este tipo de conducta, de nuevo la domesticación y, sobre todo, el confinamiento, dan lugar a una conducta anormal, ya que la vemos en nuestros animales domésticos y en animales de granja, de zoológico y de perreras, criaderos y hogares de recogida (Pozuelos y Alvarez, 2007)
 
Según la definición dada por Broadhurst (1960) y Fox (1968) una conducta anormal es “una acción persistente y no deseable, que aparece en una minoría de la población, que no es provocada por algún daño obvio del sistema nervioso y que se generaliza mas allá de la situación que originalmente la provocó” (Mateos, 1994).

No se ha comprobado que exista predisposición de sexo y edad  para desarrollar estas conductas (Pozuelos y Alvarez, 2007)

Las conductas más frecuentemente observadas son las siguientes: 

1. Morderse el rabo: dan vueltas sobre sí mismos y a veces se causan lesiones -más o menos graves (Manteca, 2.003)- por mordedura (Pozuelos y Alvarez, 2007)

2. Dermatitis acral por lamido: se trata de lamerse compulsivamente sobre todo las extremidades (carpos) y los flancos -incluso mordiéndoselos (Manteca, 2.003)-, siempre sobre el mismo punto y sin parar llegando a producirse heridas y ulceraciones. Aquí habría que descartar primero otros tipos de dermatitis que puedan causar esas lesiones realizando un protocolo dermatológico completo (Pozuelos y Alvarez, 2007)

3. Cazar moscas o cazar bichos: miran fijamente a un punto e intentan morder algo en el aire (Pozuelos y Alvarez, 2007). En ocasiones, algunos animales desarrollan una conducta consistente en  perseguir sombras o  luces de manera muy repetitiva (Manteca, 2.003), como  por ejemplo, los reflejos del sol en el reloj o en las gafas de sol.

4. Síndrome del perro enjaulado: caminar de un lado a otro de la jaula, siempre igual, acompañado o no de ladrido. Este ladrido no es en respuesta a un estímulo, y la cadencia  es siempre la misma (Pozuelos y Alvarez, 2007). Los perros alojados en este tipo de instalaciones [………se refiere a perreras] durante largos periodos  presentan varios comportamientos anormales, repetitivos o “estereotípicos”, como andar en círculos, andar de un lado a otro, saltar las vallas  o ladrar- (Fox, 1965; Hite et al., 1.977; Hubrecht, 1993; Hubrecht et al., 1992; Hughes et al., 1989; Sales et al., 1997)- (Fine, 2003).

5. Agresión autodirigida: gruñidos o ataques dirigidos a sí mismos, hacia alguna parte de su cuerpo (patas o rabo), o hacia objetos inanimados, como su plato de comida.


Guy Luescher (2002) describe las siguientes conductas:

1. Locomotriz: dar vueltas; cazar la cola; pacing; abalanzarse; cazar reflejos de luz; congelación.
2. Oral: morderse patas o pies; autolamerse (granuloma de lamida, dermatitis psicógena); lamer el aire o la nariz; mamar el costado; arañar;  morder o lamer objetos; polifagia; polidipsia; pica; intentar morder mosca.
3. Agresión: agresión autodirigida (por ejemplo, gruñir a la parte trasera, atacar a las piernas o parte trasera, atacar la cola); atacar un bol de comida; atacar otros objetos inanimados; ¿agresión hacia personas impredecible?    
4. Vocalización: ladrido rítmico; llorar.
5. Alucinación: mirar fijamente a las sombras; asombrado.

En algunos estudios realizados se ha observado una predisposición racial a ciertas conductas. Tenemos en la conducta de perseguirse la cola al Pastor Alemán y al Bull Terrier; en la dermatitis acral por lamido en las razas de Labrador, Doberman, Akita, Maltés, Dálmata, Setter Inglés, Shar-Pei, Schnauzer Mediano y Weimaraner, entre otras (Manteca, 2009)

Dos causas de estrés que no son elementos estresores por sí solos, deben ser tenidas en cuenta porque hacen parte de la cotidianidad tanto en el entrenamiento como en la parte operativa, son la frustración y la ansiedad por separación:

La frustración se refiere a la situación en la cual un animal está motivado para realizar una conducta, pero se le previene de hacerlo (Luescher, 2.002).

El comportamiento normal de un perro en una ambiente determinado es exploratorio. Si nosotros privamos a ese perro de los estímulos necesarios para que desarrolle esa conducta, para la cual el animal está muy motivado, por ejemplo si está siempre encerrado sin contacto con personas y ambientes exteriores, puede realizar conductas alternativas que den salida a esa motivación -mas sin esta motivación es muy alta (Manteca, 2009)-. Veríamos al perro morderse la cola, dar paseos una y otra vez, lamerse las extremidades, etc. (Pozuelos y Alvarez, 2007)

Como dice Dawkins, en la Naturaleza las situaciones de conflicto y frustración son muy frecuentes, pero no lo es  que se prolonguen durante semanas, meses o años, con lo que los mecanismos adaptativos se rompen dando lugar a situaciones patológicas, incluso la muerte (Mateos, 1994).

En cualquier caso el mantenimiento de los estereotipos más allá de un tiempo razonable lleva no solamente a la aparición de diferentes cuadros clínicos, sino también aún desgaste energético excesivo, y a la fijación de estos comportamientos, al agotamiento del animal (Mateos, 1994).

La dermatitis acral por lamido es una de las manifestaciones de la ansiedad sufrida por el animal al separarse de su dueño ( (Pozuelos y Alvarez, 2007)

Además de las causas anteriormente mencionadas en las que el animal no puede prever ni controlar su entorno, cabe la posibilidad de que las estereotipias se conviertan en conductas reforzadas involuntariamente por los propietarios. Esto ocurre cuando estos prestan atención al perro solo cuando muestra la conducta, aunque sea precisamente con el objetivo de interrumpirla (Manteca, 2009). La manifestación de la conducta sólo en presencia del propietario, es sugerente de una conducta condicionada (Luescher, 2.002).

Finalmente se cita también el aburrimiento como causa de las estereotipias (Pozuelos y Alvarez, 2007)


Tratamiento

 
El tratamiento consiste en: cambiar el entorno del animal y las interacciones sociales para proporcionar más coherencia; modificación de la conducta; y, en muchos casos, intervención farmacológica (Luescher, 2.002).

Su tratamiento es importante por varias razones: porque algunos perros pueden llegar a causarse verdaderas heridas -dan lugar a problemas de automutilación (Manteca, 2009)- (Pozuelos y Alvarez, 2007); interfieren en la actividad normal del perro y pueden llegar a ser muy molestas para el propietario (Manteca, 2009); y porque normalmente obedecen  a un estado de ansiedad o frustración del animal, que libera su energía de esa forma, y que por lo tanto indicaría que su bienestar  se encuentra comprometido  (Pozuelos y Alvarez, 2007), amén de que estas conductas son muy autorreforzantes para el animal, ya que actúan como una “válvula de escape” a la situación de estrés, conflicto o frustración, en las estereotipias sin causa orgánica claro.

Para minimizar la ocurrencia o efectos de las estereotipias, teniendo en cuenta que por su duración desde su aparición, son fijadas y muy poco probable eliminarlas por completo, se debe atender a diferentes estrategias, entre las que sobresalen:

En cuanto a la modificación del ambiente depende mucho de cada caso en concreto y de la causa que tenga. Muchas veces cambiar al animal de ambiente, trasladándolo a otro sitio, puede tener efectos muy buenos. Sobre todo es importante explicarle al dueño que no preste atención al perro cuando desarrolla la conducta, para no reforzarla involuntariamente  (Pozuelos y Alvarez, 2007).

La terapia conductual sería la siguiente:

- Eliminación del castigo en la vida diaria del animal  (Pozuelos y Alvarez, 2007). 

- Instaurar una rutina de interacción con el perro  (Pozuelos y Alvarez, 2007). Serían muy importantes el juego y las interacciones sociales.

- Estimulación física.

Es muy importante la estimulación física de animal mediante la realización de paseos, ya que esto hará que le baje el estrés.  Hay que tener presente que el ejercicio físico aumenta los niveles de serotonina en sangre y relaja al animal, a la vez que le permite desarrollar su conducta exploratoria, lo que los equilibra física y mentalmente, además de que puede prevenir otros problemas de comportamiento.

- Estimulación mental.

Se debe proporcionarle juguetes interactivos cuando el perro este solo. Los juguetes interactivos son muy eficaces para que el animal esté entretenido, por ejemplo los kongs u otros específicos para este fin. Estos serán rellenados de alimento muy apetitoso para él, de  manera que el perro pueda ocupar su tiempo intentando alcanzar el contenido de estos juguetes (también se le puede dar un hueso crudo de rotula de vaca ya que esto tiene calcio, etc., la cuestión es que esté entretenido). Los juguetes interactivos van muy bien también para perros con síntomas de dermatitis acral por lamido o automutilación, ya que mientras están comiendo o chupando el Kong no pueden al mismo tiempo  autolesionarse o lamerse,  realizando de esta manera una respuesta incompatible.

El visitar lugares nuevos durante los paseos también puede ser muy estimulante para el perro, ya que el perro encontrará nuevos olores, nuevos perros y  nuevas personas.

- Adiestramiento en obediencia  (Pozuelos y Alvarez, 2007), para poder tener un control sobre el perro. Hay que evitar el adiestramiento clásico basado en el ensayo y error, es decir, la NO utilización de técnicas aversivas o coercitivas para que no aumente el estrés. Hay que tener presente que un perro estresado pierde en el aprendizaje por falta de concentración.  Dicho adiestramiento hay que realizarlo con refuerzo positivo ya que el mismo se utiliza para incorporar una conducta nueva, aumentar una existente o eliminar una conducta inapropiada incompatible.
Hay que decir que el tratamiento no siempre es exitoso, depende también del tiempo que lleve manifestándose el problema, y muchas veces hay que actuar por ensayo y error hasta que demos con el tratamiento adecuado. Es importante, en este momento, implicar al dueño para evitar que abandone la terapia por aburrimiento   (Pozuelos y Alvarez, 2007).

"Si la gente entendiera lo que significa un minuto en la vida de un perro, compartiría más con él y con los seres que ama"

 



sábado, 7 de febrero de 2015

LOS MEJORES ENTRENADORES CANINOS

Los mejores entrenadores son los propios dueños y responsables de los caninos. Por lo tanto es necesario acudir a profesionales con experiencia para que hagan una debida asesoría, sobre todo en problemas de agresividad y de estrés que según investigaciones científicas "no tienen solución, permanente, en la mayoría de los casos". Dejar el canino en un centro de entrenamiento es un último recurso que debe contar con la elección correcta del lugar y con supervisión permanente.


 "Los perros tienen la habilidad de expresarse a través del corazón noble y puro de las buenas personas"